Ahora no estas, tu ausencia me mata, logro buscar en cada rincón tu presencia, algo que me haga recordar que aun no te he perdido, algo que me diga que aun sigues viviendo en mí.
Es difícil aceptar que te hayas ido y no hayas dejado un mensaje... aun que creo que fue lo mejor, pues al saber de tu partida tal vez te hubiera inventado mil cosas para haberte detenido, o quizá, simplemente hubiera robado un beso a tu dulce boca, no lo sé.
Y aunque tú ya no estas conmigo, tu esencia en mi cuarto, en la sala y en el comedor me hace revivir aquellos momentos que pasamos juntos.
Debería pensar en otra cosa que no seas tú para no lastimarme, pero creo ser masoquista pues vives refugiado en mis pensamientos y de ellos no te puedo borrar.
Por ahora continuaré mi vida buscando tranquilidad y paz, la misma que una vez tenía cuando tu estabas a mi lado, solo que ahora sin ti… no puedo entender que ese amor que nos teníamos, se haya esfumado y se haya perdido tras tinieblas, las mismas que fuimos construyendo a través de los años, pero deseo de todo corazón que seas feliz y encuentres lo que ahora hemos perdido.
No deseo ningún mal para ti, pues aunque nos hicimos daño, no puedo odiar a la persona, que una vez amé tanto y si Dios me diera la oportunidad de volver estar a tu lado, no lo dudaría por que a pesar de todo, el tiempo que pase contigo fueron los años más maravillosos de mi vida.
Y recuerda que siempre estaré contigo mientras compartamos el mismo cielo y pisemos la misma tierra.
