Las
dos sondas ARTEMIS que formaban parte de la misión “THEMIS”, fueron redirigidas
para alcanzar una órbita alrededor de nuestro satélite natural esto, con el fin
de estudiar el interior y composición de la superficie lunar.
Los
dos satélites después de haber concluida su misión, debían haber sido
desactivados, pero la NASA decidió que aún podían ser útiles para la ciencia.
Ante
la ausencia de un sistema de propulsión adecuado, los vehículos habían
realizado numerosas asistencias gravitatorias en las cercanías de la Luna y de
la Tierra, lo que permitió alcanzar el nuevo destino con un gasto mínimo de
combustible.
Su
órbita lunar, elíptica, permitirá que se acerquen a unos 100 km de su
superficie una vez cada vuelta. En esa ruta, podrán enviar información durante
7 ó 10 años.
Con
anterioridad los satélites se hallaban en unas zonas de equilibrio gravitatorio
llamadas puntos de Lagrange, donde podían investigar el campo magnético
distante de la Tierra, así cómo la influencia del viento solar alrededor de la
Luna.
La
misión THEMIS se conformaba por cinco naves idénticas. Tres de ellas siguen
trabajando en el punto original, mientras que las otras dos ahora estudiarán a la
Luna.