Los controladores en Rusia dicen no haber podido establecer contacto con un satélite militar Geo-IK-2, el cual fue diseñada para medir la forma de la Tierra y fue lanzado el martes desde la plataforma de Plesetsk, en el norte de Rusia.
Es el cuarto suceso de este tipo en dos meses, según una agencia noticiosa Interfax; quien explico que el satélite entró en la órbita incorrecta.
Citó que el satélite militar Geo-IK-2 fue colocado en una órbita no prevista, aparentemente, lo que provoco el bloqueo del acelerador Briz-KM, quien no fuera capaz de insertar el satélite en la órbita designada a una altura de 1.000 kilómetros.
La pérdida de tres satélites de navegación GLONASS, que se estrellaron en el mar en diciembre, provocaron la indignación del Kremlin, que está tratando de potenciar la independencia tecnológica de Rusia.
Dicho acto obligó a su presidente Dmitry Medvedev, despedir a dos importantes funcionarios rusos del sector espacial.
