La
misión Gravity Probe B (GP-B) de la NASA comprobó dos predicciones de la teoría
general de la relatividad de Albert Einstein.
Y
es que antes de Einstein publicara su teoría de la relatividad se creía que el
espacio y el tiempo eran como Newton lo había señalado en el siglo XVII: el
espacio era estático, un 'escenario' inmutable en donde el acontecer cósmico se
desarrollaba, y el tiempo era el misterioso.
Pero
ahora, luego de 50 años de haberse concebido el experimento, se demostró que la
gravedad espacio en sí está siendo retorcido y curvado continuamente por la
materia y la energía moviéndose dentro de él, y el tiempo fluye a diferentes
velocidades lo que provoca que la Tierra tenga una curvatura en el espacio-tiempo
alrededor de ella.
El
Gravity Probe B cuenta con cuatro giroscopios. Un giroscopio es una rueda o una
parte mecánica de un aparato circular que gira en torno a un eje que pasa por
su centro y que, una vez iniciado el movimiento, tiende a resistir los cambios
en su orientación.
La
nave tomó como referencia a la estrella IM Pegasi; si la gravedad no afectara
al espacio y al tiempo, los giroscopios se hubieran dirigido a la misma
dirección sin importar en qué sitio de la órbita se encontrara, pero los
giroscopios pudieron medir los cambios en la dirección de su rotación mientras
la gravedad de la Tierra los 'empujaba'.
Cuando
la sonda se encontró en la órbita polar ocurrió el efecto geodésico pues se
movieron dos ejes de norte al sur, así como el efecto de torsión al moverse de
este a oeste.