Investigadores
han desarrollado un método para diagnosticar el síndrome de Down antes del
nacimiento mediante la sangre de la madre, minimizando así los riesgos
asociados con la amniocentesis y otros métodos en uso clínico.
Al
síndrome de Down también se le conoce como Trisomía 21, la condición donde un
material genético adicional ocasiona retrasos en la forma en la que un bebé se
desarrolla mentalmente y físicamente. Esta condición afecta a 1 de cada 800
bebés.
Los
investigadores aprovecharon las diferencias en los patrones de metilación del
ADN, que son importantes para controlar la expresión genética de entre la madre
y feto.
La
aplicación de este método permitió a los autores diagnosticar de forma correcta
14 trisomías en 21 casos y 26 fetos normales, lo que subraya su posible
utilidad clínica.
Aunque
nadie sabe con certeza la razón por la que el Síndrome de Down ocurre y aunque
no hay forma de evitar el error de cromosomas que lo ocasiona, los científicos
saben que las mujeres que conciben a partir de los 35 años aumentan
significativamente su riesgo de tener un bebé con esta condición.