Un
estudio demostró que el riesgo de obesidad de un individuo aumenta casi un 60%
si algún amigo se vuelve obeso, además el efecto es más fuerte si la amistad es
del mismo sexo.
El
estudio sugiere que aquellas personas rodeadas de amigos con sobrepeso pueden
percibirse a sí mismas como más delgadas y no estar tan incentivados a perder
peso; por ello es posible que haya un contagio, debido a hábitos compartidos
como resultado de la amistad, entre ellos los gustos alimenticios y la
actividad física.
El
interés actual por el estudio de la influencia de las relaciones
interpersonales en el riesgo de obesidad fue una investigación, publicada en la
prestigiosa revista The New England Journal of Medicine, que se baso en el
estudio del corazón de Framingham, quien demostró la influencia que tiene los
individuos sobre otros.
Se
han introducido estrategias en las redes y dirigidas inicialmente hacia grupos
reducidos de individuos tanto obesos como con peso normal, con el fin de tener
un efecto multiplicador que lleve a revertir las tendencias actuales de
obesidad y promover el retorno de grandes segmentos de la población hacia un
peso saludable.