El
director del Centro de evaluación psicológica, de la Universidad de
Guadalajara, Francisco Gutiérrez mencionó que dos de cada diez niños padecen
estrés infantil.
La
angustia se presenta por la falta de seguridad figurada por los padres, pues si
el niño crece en un ambiente sobreprotector, será más difícil el desapego,
manifestándose como niños inquietos, llorones e incluso hasta llegan a orinar
su ropa, todo esto para mostrar su inconformidad y llamar la atención de
quienes están a su alrededor.
Gutiérrez
informó que un pequeño tarda dos semanas en adaptarse cuando entra a la
escuela, esto como máximo; si es un periodo mayor, es recomendable que el
infante y sus padres reciban terapia familiar, pues si no se trata, el niño
presentará fobias, miedo excesivo a algunos objetos, personas, situaciones o
animales, lo cual puede prevalecer hasta que sea adulto.
Los
signos aumentan en niños que van a ingresar a preescolar y primero de primaria,
porque no saben cómo será el ambiente, y eso les estresa, sobre todo por las
nuevas costumbres que se presentan, aunque puede haber algunas circunstancias
en casa, que hacen más complicada la situación para algunos de ellos, como los
gritos y la violencia, lo cual también se refleja en la conducta del menor.