Los
grillos emplean distintas técnicas de apareamiento, los más fuertes cantan y
los más débiles se "perfuman" para atraer a una hembra, lo que sería
la capa de grasa que expiden para prevenir la pérdida de agua y reflejar
también su estatus social.
Los
científicos Melissa Thomas y Leigh Simmons del Centro de Biología Evolutiva de
la Universidad de Australia Occidental, mencionan que durante la investigación
se observo peleas entre grillos.
El
macho ganador produce un sonido de cortejo en presencia del macho subordinado,
por lo que estos, se ven obligados a suprimir su canción; sin embargo, para
compensar su desventaja y atraer a las hembras, producen grandes cantidades de
hidrocarburos cuticulares, unas sustancias vinculadas a la reproducción.
En
términos de apareamiento, los hidrocarburos cuticulares equivalen a los
plumajes vistosos que exhiben ciertas aves para atraer a su pareja.
Thomas
detalló que el conocimiento del funcionamiento de los hidrocarburos cuticulares
en los grillos podría servir en la aplicación en métodos de control sobre las plagas.