La
NASA dio a conocer que el satélite de observación espacial Glory, lanzado desde
California, no pudo desprenderse correctamente del cohete Taurus XL que lo
propulsaba, por lo que ambos aparatos cayeron desde el cielo, probablemente en
el océano Pacífico.
El
cohete de propulsión despegó con éxito de la base Vandenberg, pero unos seis
minutos más tarde el director de lanzamiento, Omar Báez, indicó que había un
mal funcionamiento en la operación.
El
satélite debía haberse separado del proyectil propulsor 13 minutos después del
lanzamiento y debía ubicarse en una órbita sincronizada con el Sol para que le
permitiera escanear casi toda la superficie de la Tierra.
La
misión de Glory era proporcionar datos de alta precisión sobre las partículas
atmosféricas conocidas como aerosoles y la radiación solar para la elaboración
de modelos y el pronóstico de cambios en el clima de la Tierra.
Sin
embargo debido al fallo presentado, no se podrá medir ni precisar estos
impactos los cuales son importante para anticipar los cambios en el clima de la
Tierra y conocer cómo pueden afectar la vida humana.